Hoy vamos a hablar un poco de los materiales e instrumentos
que se utilizan en la práctica de la acupuntura. No os creáis, hay más cosas
aparte de las agujas, aunque estas sean el pilar fundamental. Pero antes hay
una pequeña cosita que me gustaría definir. Es el Cun.
El Cun es una unidad de medida, como podrían ser los metros
o los centímetros. Se utilizan en acupuntura sobre todo para localizar los
puntos en los que clavar las agujas, de referencia. El Cun es lo que mide la
falange media del dedo o el ancho de la articulación interfalángica del pulgar.
De ello deducimos que el Cun no posee una longitud convenida, depende de cada
persona. Por ejemplo, si decimos que la frente mide 3 cun, nos referimos a tres
cun del paciente (no nuestros).
La longitud de las agujas también puede medirse por cun y
algunas de ellas van a ser bastante largas.
Las agujas van a ser muy finas pero puede haber distintas
longitudes y grosores. Todas van a tener tres elementos comunes:
§
Mango: Es la parte por donde se maneja la aguja,
y puede ser muy variado, dependiendo de los gustos o preferencias. Por ejemplo
pueden ser de plástico, bañado en oro, en plata, circular, liso, trenzado...
Hay de todos los gustos.
§
Cuerpo: Se puede considerar que es la aguja en
sí, es la zona más fina, y junto con la punta es lo que caracteriza al tipo de
aguja. Aquí es donde se va a notar la diferencia respecto a otras agujas, ya
que su longitud y grosor varían en función de la finalidad que se quiera
conseguir.
§
Punta: Es el otro extremo de la aguja, y también
hay de diferentes tipos.
Al contrario que otras agujas utilizadas en medicina (como
las que se usan para sacar sangre, colocar vacunas, inyecciones…) no están
huecas, son sólidas, y generalmente son indoloras (aunque eso depende de la
sensibilidad del paciente y de, claro está, la habilidad del acupunturista)
(Estas son las 9 agujas clásicas de la acupuntura)
Como ya vimos en el apartado de historia, las primeras
agujas eran de piedra y hueso. Posteriormente, se utilizaron otros materiales
tales como oro, plata, bronce, cobre…cada uno de los cuales tenía distintas
propiedades y efectos terapéuticos. Hoy en día las agujas más frecuentes son de
acero inoxidable, ya que favorece la esterilización y además tonifica y
dispersa la energía.
Las propiedades de los otros elementos eran:
-Oro: fortifica el sistema nervioso, mejora la circulación
del cuerpo (lo que es útil en problemas coronarios, artritis, reuma…). También
tiene una gran potencia revitalizante, lo que ayuda a la potencia sexual y
armoniza los órganos sexuales.
-Plata: tiene efectos antibacterianos, por lo que se usa en
cicatrizaciones, tanto de quemaduras como de heridas abiertas. También tiene
más beneficios originados por su carácter refrescante (por ejemplo, aumenta la
fertilidad femenina)
-Cobre: al igual que es un buen conductor de la
electricidad, también lo es de la energía. Además antiguamente se le atribuían
propiedades mágicas y se creía que eliminaba energías negativas. Se empleaba en
calambres musculares, mareos y vómitos.
Aunque menos frecuentes, estos materiales aún se utilizan
hoy día (sobre todo el oro y la plata)
El tamaño de la aguja depende del punto o meridiano que
queremos alcanzar, hay puntos (los puntos pozo, situados cerca de los dedos de
las manos y los pies) que son muy superficiales mientras que otros son más
profundos. En general, las agujas más grandes se usan para enfermedades más
graves y las más pequeñas, para padecimientos más leves.
A continuación os pongo algunos tipos de agujas que podemos
encontrar:
-Aguja de tres filos: su función es atravesar vasos
sanguíneos para extraer sangre por lo que su cuerpo es grueso y triangular y su
punta, afilada y en forma de lanza.
-Aguja filiforme: es el modelo más común. Posee un cuerpo
firme y elástico y una punta afilada para penetrar sin problemas en la piel.
-Aguja de la flor de ciruelo: está formada por un conjunto
de siete agujas filiformes, tiene una forma similar a un martillo. Son de mango
flexible y generalmente se puede desmontar.
-Agujas intradérmicas: para lugares muy específicos, como la
oreja (en auriculoterapia). Son muy finas y cortas ya que solo queremos que
penetren de forma superficial. Pueden ser llevadas incluso durante días.
-Agujas de presión: su función es estimular ciertos lugares
durante un periodo de tiempo, por lo que son pequeñas y se las suele cubrir con
parches para que no se muevan.
(Aquí la aguja de la flor de ciruelo)
Aparte de las agujas, hay más instrumentos que podemos
utilizar en acupuntura. Las moxas, por ejemplo, son unas hierbas secas, en
forma de puro, que se colocan sobre las agujas y luego se encienden. Así
aumenta el calor en la zona y van a servir para estimular.
También tenemos dispositivos de detección de los puntos de
acupuntura. Para la oreja hay uno muy simple que permite detectar una especie
de oquedad o rugosidad sobre la piel. Más modernos, existe un dispositivo
eléctrico que pita cuando se sitúa sobre uno de los puntos y se puede regular
su sensibilidad (esto lo vimos en un taller y la verdad es que no pitaba si lo
pasabas sobre la ropa o plástico y tampoco en todos los puntos de la piel. La
cuestión es ¿qué detecta exactamente?
Podemos practicar electroacupuntura uniendo las agujas a un
generador de corriente eléctrica (a dosis terapéuticas, claro está). Si
pensamos que el cuerpo está regulado por el sistema nervioso y que este
funciona por potenciales eléctricos (simplificando al máximo), tiene cierto
sentido que sea útil ¿no?
Por último mencionaré los parches y semillas (utilizados
muchos en auriculoterapia, para estimular de forma constante un punto) y,
sobretodo, las ventosas. Estas son sobre todo de cristal y se basan en hacer el
vacío en su interior para que, al aplicarlas sobre la piel, ejerza un efecto de
succión sobre la misma. Pueden ser fijas o deslizantes y algunas incluso
provocan sangre.
(En China, cuanto más apretadas las pongas, más les gusta)
Esto es todo sobre los materiales en la acupuntura. En la próxima
entrada empezaremos a hablar de las teorías.
¡Nos vemos!
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